miércoles, 13 de enero de 2016

Una clase de lenguas extranjeras satisfactoria.





La Unión Europea ha fijado el fomento del plurilingüismo como un objetivo irrenunciable para la construcción de un proyecto europeo. Necesitamos conseguir que nuestros estudiantes se desenvuelvan con fluidez en al menos la primera LENGUA EXTRANJERA. Por eso, me parece interesante hacer una pequeña reflexión sobre lo que debemos hacer como docentes para  que una clase  de idiomas sea satisfactoria.

 En primer lugar, deberíamos convertir nuestra clase en un lugar "intelectualmente activo” con un entorno de aprendizaje progresivo ya que éste es el modelo del siglo XXI. Tendríamos que tener en cuenta  los principios de la educación multicultural ya que actualmente existe un gran consenso para lograr la integración de los contenidos interculturales y desarrollar materiales, que permitan comprender y respetar las características de otras culturas, reconociendo su valor como formas de adaptación a diferentes contextos.

 En segundo lugar,  adaptar el estilo de enseñanza-aprendizaje y el modelo de la interacción educativa a la diversidad de los alumnos. Centrarnos en una enseñanza   clara y explícita, que ayude a construir tanto el conocimiento como las normas y expectativas que estructuran la clase. La educación intercultural exige cambios cualitativos muy importantes en el modelo de interacción educativa y en la forma de transmitir y construir el conocimiento.  De ahí la importancia de tener en cuenta la integración de contenidos interculturales como una de las condiciones  necesaria para que una clase de idiomas también sea satisfactoria.

La investigación, el aprendizaje basado en Proyectos, eLearning, flipping classroom...deben formar parte de nuestras clases de idiomas.  Las posibilidades son infinitas ya que ningún método satisface a todos los alumnos,  hay que variar y adaptarse a la diversidad del aula. Esa diversidad, además, incide en nuestras capacidades y habilidades docentes. Hay que combinar todo: entorno digital y entorno físico, libros, murales, TIC,... Todo en uno.

Si personalizamos el aprendizaje sirviéndonos de varios criterios podríamos ayudar a los alumnos a fomentar la  responsabilidad  sobre su propio aprendizaje, que aun sigue siendo muy limitada  y parece recaer siempre sobre los docentes. Esto hace de la planificación individualizada un desafío; las guías a tomar para hacerlo "a medida" deberían reunir diferentes tipos de criterios,  no sólo los resultados académicos o el nivel de competencia lingüística, por ejemplo, sino también las preferencias de trabajo, disposición hacia diferentes contenidos, intereses etc. Debemos aprender a valorar   las preguntas  más que las respuestas. Porque, sí, las preguntas son más importantes que las respuestas, las buenas preguntas conducen al aprendizaje. Tienen valor en sí mismas (lo cual no significa que las buenas respuestas no lo tengan, pero una buena pregunta revela indagación, interés etc. Es más, es muy recomendable premiar ese tipo de acontecimientos y tenerlos en cuenta a la hora de poner la (muy sobrevalorada) calificación.

En fin, que podríamos mencionar un sinfín de ideas motivadoras, sin dejar de lado, la expresión oral, expresión escrita, comprensión auditiva y comprensión lectora, ya que son la clave de la comunicación ya sea de forma productiva o receptiva, al igual que la curiosidad, la persistencia, la flexibilidad, la creatividad, la colaboración o la retroalimentación pero todo este conjunto de ideas y destrezas se maximizaran  si logramos crear entre todos  aulas inmersas en un mundo real moderno y actualizado.

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