jueves, 14 de enero de 2016

Propuestas de cambio en el sistema educativo español


A partir de la lectura del  informe: El Cifras clave de la enseñanza de lenguas en los centros escolares de Europa 2012,  haré una pequeña recapitulación para hablar del estado actual de la enseñanza de lenguas extranjeras en España. Tomaré en cuenta el panorama actual de la enseñanza y aprendizaje  de las lenguas extranjeras en el contexto europeo y por extensión en el español, que ha estado muy marcado  por  la implantación de  La Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa, que apoya decididamente el plurilingüismo fijado por La Unión Europea, como  objetivo irrenunciable para la construcción de un proyecto común europeo  para este siglo XXI. También,  haré una pequeña sugerencia de lo que se podría trasladar del sistema educativo finlandés  al español. Para comenzar, haré referencia a  la principal diferencia del sistema educativo español con los de nuestro entorno que radica fundamentalmente,  en la edad en la que comienzan a estudiar las lenguas extranjeras. España es el único país en el que la enseñanza de una primera lengua extranjera es obligatoria desde la Educación Infantil, junto con la comunidad alemana de Bélgica. En España, solo prescribe la obligatoriedad de una lengua extranjera pero no establece cuál (aunque en la gran mayoría de los centros Españoles se oferta inglés como asignatura obligatoria, más del 95%). En Bulgaria, Croacia, Estonia, Francia, Inglaterra, Polonia y Portugal tampoco hay una lengua fija que deban estudiar los alumnos. En España, la segunda lengua es optativa,  En Estonia, Francia, Grecia, Malta, Polonia y Portugal, los alumnos tienen que estudiar dos lenguas extranjeras en Educación Secundaria Obligatoria. Y por último, también hay una serie de factores que van más allá de la educación formal como: el contacto con la lengua extranjera fuera de clase, el  impacto cultural de la lengua extranjera en cada país, el conocimiento de la lengua extranjera por parte de los padres, y la situación geográfica, que tampoco favorecen ni  a España ni a algunos de los países que han obtenido bajos resultados en este informe. Para terminar, después de haber comparado los resultados obtenidos en Europa y en España concretamente. Sería un buen planteamiento,  trasladar muchas de las ideas del modelo del sistema educativo finlandés a España, ya que ha conseguido encajar todas las piezas del rompecabezas y ha creado un sistema en el que ningún alumno queda excluido. Y no lo ha logrado con normas centralizadas, sino a través de un sistema que da una gran autonomía a los centros y en los que sus profesores son los que controlan los planes de estudios. Todo ello, enmarcado en una ley de educación estable, que no se cambia con el color del gobierno de turno. El 95% de los centros son públicos. Y la enseñanza es gratuita, así como el material y el comedor, también se les paga el transporte. Para conseguir ser los mejores, los niños finlandeses no están más horas, ni empiezan antes, que los españoles. En este país la educación obligatoria comienza a los siete años. Los alumnos comienzan con las asignaturas más sencillas y más tarde, llegarán las matemáticas, ciencia, historia y lenguas extranjeras. Y no es a los diez u once años cuando comienzan a recibir calificaciones numéricas por estas materias. La pieza clave es el profesor, que "para ser maestro en Finlandia la nota de corte en la Universidad es superior a 9 sobre 10, después tienen que realizar un máster para poder optar a la docencia y tienen una "formación permanente". Esto no se consigue en un régimen de obligación sino mediante la negociación, el diálogo y un correcto sistema de incentivos. Otra característica de este sistema es que la figura del profesor es muy respetada dentro de la sociedad finlandesa. Es una de las profesiones mejor consideradas del país y se preocupan de que continúe siendo así

 

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